Vimos un primer tiempo bastante cerrado, cada uno en su libreto, el Madrid se animó a presionar los primeros minutos, pero la precisión de los jugadores del Barsa hizo retroceder de a poco a los jugadores blancos para achicar espacios, el Barsa buscó huecos con paredes y desmarques y el Real buscó un buen contragolpe. Ni uno ni otro. El Real quedó muy lejos de su objetivo, no pisó el área, sus jugadores estaban obligados a recorrer demasiados metros para poder generar algo, la recuperación de la bola era demasiado cerca de su propia área. El Barsa hizo la suya, buena tenencia y paciencia para buscar, le faltó precisión para el último pase, pero uno percibía cierto riesgo latente en cada acción. No pudieron. Se fue en cero la primera mitad.
El segundo se planteó igual, pero el fútbol da sorpresas, el Real acertó en un córner y Cristiano la mandó a guardar de cabeza, sin despeinarse, un capo el portugués, tranquilos decía con la manito, acá estoy yo. Uno suponía que el Real iba a empezar a explotar la contra, pero al minuto Masche se disfrazó de Xavi y le puso la bola al pie a Pedro, que no dudó, empato entrando cruzado por la espalda de Coentrao. Se rompió el partido, el Real se molestó y lo fue a buscar, lo presionó arriba y estuvo muy cerca de conseguirlo, en una jugada aislada, Iniesta obtuvo un penal, Ramos se lo comió de lleno, el cerebro demostró estar un paso adelante en esta. Penal, Messi, Gol, no falló el enano.
El partido ya estaba abierto, el Barsa jugó con comodidad y el Real tuvo alguna para empatar, pero los muchachos del Barsa no se han ganado tanta fama por nada, entraron caminando al área y Xavi definió a un costado, una postal de este equipo. De ahí en mas todo fue del equipo catalán, Messi mano a mano la estrelló contra Casillas y en la contra Di Maria aprovechó un error de Valdés, que le puso emoción a la vuelta, quiso gambetear al argentino y terminó sacándola de adentro.
Terminamos viendo un partidazo, acorde a las expectativas creadas en la previa.
El próximo miércoles les cuento quien ganó.
Di Maria le roba la bola a Valdés y pone la vuelta al rojo vivo.
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