jueves, 3 de julio de 2014

Mentir con Precisión

Suiza tiene su fama bien ganada, la búsqueda de la perfección excede el ámbito relojero. El mundo tenístico padece la perfección llevada al deporte por esta gente. Los tipos se empiezan a aventurar más allá de su ámbito y casi lo pagamos nosotros.

En honor al rival vamos a tratar de ser lo más preciso posible. Sólo a modo de homenaje, no crean todo lo que leen.


Los comemos crudos


El Reloj marcaba 117:44 (?) y Rodrigo Palacio hizo su aporte más impensado, robó una pelota en la mitad de la cancha, fue todo lo que hizo falta para que todo un castillo se derrumbara. El pase del Pac Man fue a los pies de Leo, el cronómetro marcaba 117:47 (los dejo a su criterio), es un buen momento habrá pensado el Diez, encaró con decisión, la misma que pone cada vez que tiene un resquicio para hacer valer su endiablado talento. Fueron saliendo de a uno, carrera vertical hacia el arco contrario, avanzó 22 metros y 40 centímetros (!) hasta que decidió. Los amantes de la perfección habían vuelto a armar una línea de cuatro defensores de frente al enano. Higuaín a su derecha y Di María más aún, completaban la escena.

14 pasos dio el Diez con la bola pegada a la zurda, demoró 3,6 segundos en ese lapso, le pareció suficiente, había que terminar con esto. Eligió el pase al Fideo, que venía a la carrera, como tantas veces.

A los 117:51 Ángel Di María conectó con precisión Suiza (ironías de la vida) el golpe de gracia. Como venía cruzó el remate, de rastrón y sin tanta fuerza (80 km/h). Todos los defensores giraron la cabeza hacia su izquierda, no hubo tiempo de hacer mucho más. La cabeza y el cuerpo tuvieron que seguir girando para ver la bola hundirse en la red definitivamente.

Costó un poquito


El córner recibió al Siete con el corazón dibujado en sus manos, el grito se extendió por unos cuantos minutos (no me animo a poner un número, mi caradurez tiene un límite), el exceso en el festejo derivó en un par de minutos de alargue. Nada serio imaginaba.

Señores, a los 120 se había acabado todo, o casi, a la tensión acumulada tras 117 minutos de atención y nerviosismo se le había sumado un desahogo inexplicable. Un Gol tan oportuno como festejado. Me desinflé preso de tanto calvario. Si total ya se acababa ...

Casi sin fuerzas observé como la marea roja invadía cada centímetro de terreno defensivo, centro, córner, arquero, chilena, Shaquiri, centro, cabezazo, palo, rebote, pierna, afuera, mi ojos no daban crédito. La repetición amplificó el cagazo, bien de cerca se podía observar el insólito gol desperdiciado por estos muchachos. No correspondía viejo, cuánto más íbamos a jugar. Di María no lo pudo liquidar en una contra, y ellos tuvieron una más. Basta viejo, la valentía del rival no dejaba de sorprenderme. Centro, Shaquiri, Garay, defensor al suelo, delantero al suelo, tiro libre.

Todos contra Romero


La Hora referí, se le paró el Reloj a este muchacho, los Suizos, con inusual descaro, miraban para otro lado, el reloj le ha dado mucho de comer, podrían ser más respetuosos. Sigamos. Tiro Libre. La pelota, junto a la última esperanza Suiza, se estrellaron en la barrera.



Siga el baile siga el baile (?)


No hay mal que dure cien años dicen los entendidos, éste duró 124 y moneda (basta de precisiones). Para ser sinceros, la cosa no estuvo tan mal, podría haber terminado peor.

Lejos de mi nada humilde expectativa, no hubo goleada ni nada parecido. Yo creía, iluso de mi parte, que los tipos se iban a conformar con el cambio de camisetas.

Lo peor de todo esto es que el Sábado tenemos otra cita con el destino. Recién me estoy reponiendo del partido de Octavos. Ya habrá tiempo para análisis. Bienvenido el Mundial y sus emociones extremas.



@el3delaU




No hay comentarios:

Publicar un comentario